
Ya va llegando el momento, estamos preparando la entrada del nuevo año, el que nos acompañará los siguientes 365 días. Una vez más afrontamos el futuro con optimismo, con propósitos de enmienda difícilmente realizables, con ilusión, uvitas y cava.
Hoy, penúltimo día del año, he pensado que lo mejor es unirme a la corriente de optimismo que invade a todo el mundo por estas fechas y dejar a un lado mi habitual escepticismo - tengo que volver a leer a Murphy - pensar que el año venidero será realmente bueno, que ésta vez si que dejaré de fumar, que dedicaré más tiempo a mi familia, que ayudaré a mi costilla en las tareas del hogar (ésta no se si colará), que intentaré ser feliz y pasaré por encima de las adversidades y seré Ave Phoenix en vez de un eterno inmolado.
El día 31, cuando lleguen las campanadas y me atragante con las uvas de la "suerte", pensaré en tod@s mis amig@s y familiares, desearé que sean felices y coman perdices como en los cuentos y cuando se trastabillen mi lengua y mis pies por efecto del cava... me acostaré pensando en ellos y en todo lo que acabo de escribir.
Feliz año 2009
Un saludo
Cuidado para los que viajan, os contaré a todos de regreso y espero que no me falte ninguno.

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