miércoles, 27 de mayo de 2009

La ironía


"La ironía es la figura del discurso mediante la cual se da a entender lo contrario de lo que se dice. Se origina cuando, por el contexto, la entonación o el lenguaje corporal (...) se da a entender lo contrario de lo que se está diciendo." Fuente Wikipedia.

Me encanta la ironía. Soy una persona que siempre dice lo que piensa, que nunca miente (a veces oculto la verdad) pero no soy de esas personas que habla sin calcular las consecuencias. Me gusta que las personas caigan en la cuenta de lo erróneo de sus perspectivas (desde mi punto de vista) en vez de señalárselo directamente. Es mucho más enriquecedor para el que sufre mis ironías y mucho más divertido para mí, así que tampoco quiero que se piense que soy una "hermanita de la caridad" lo hago por puro egoísmo, por puro divertimento (esto a veces también me acarrea ciertos problemas).

El primer irónico que recuerdo es Sócrates, pero no por el motivo que señala la Wikipedia (que también) sino por lo irónico de su muerte, murió por aquello que defendió toda su vida: el concepto de ciudad y ciudadano y fue la ciudad quien le condenó. También comparto con Sócrates algunos conceptos sobre la ironía: lo que yo llamo "caer en la cuenta de lo erróneo de sus perspectivas" Sócrates lo llamaba "mayéutica".

También es verdad que no siempre se puede ser irónico abiertamente, sobretodo por escrito, la gente confunde ironía con sarcasmo y es cierto que caigo en él pero "sin mala intención". Cuando esto ocurre me traiciona mi trastorno bipolar, esa doble personalidad que comento en mi presentación, y aparece un ser distinto, una personalidad nueva, alguien a quien cariñosamente llamo Otrosaurio y que me da la libertad de soportar cada crítica o cada problema y responder con humor y a veces (las menos) con ensañamiento. Triceratops es un ser preocupado, un ser pesimista, casi depresivo, incapaz de molestar y que sufre cuando le molestan; Otrosaurio es lanzado, despreocupado, sin miedo a la confrontación y con un filo en lo que escribe que, aún al molestado, siempre te deja una sonrisa en los labios (o eso quiero creer).

Siempre digo que "pierdo mucho en las distancias cortas" y es porque en la vida real, fuera de estas líneas, soy una mezcla de los dos, un quiero y no puedo, un puedo y no quiero, una persona a la que puedes amar y odiar a partes iguales, un líder hoy y un sumiso mañana. En fin, que soy raro, raro, raro,...

Un saludo


miércoles, 20 de mayo de 2009

¿La familia?, bien gracias.


Hoy he querido resumir en pocas líneas lo que me ha ido preocupando a lo largo de estos días y post.

En el apartado laboral, más de lo mismo, sigo "inquielado" y aguantando. Parece como si nadie quisiera ver el elefante que pasa ante sus narices mientras mira el falso circo de pulgas. En tiempos de crisis parece que a la gente le va el "mejor no menearlo" por si las moscas, Bendita Crisis, pensará mi jefe.

En el apartado social, como siempre, haciendo amigos. ¡Y perdiéndolos!, ya he comentado alguna vez que conservarlos me da tanto trabajo que de repente me entra la pereza y ...

Apartado salud, ya he bajado de la 46 a la 42 "apretá", ya he perdido algunos kilitos, aunque todavía estoy lejos de los que me gustaría perder y es que entre la matanza, que no se acaba, y que me gusta comer, ¡que coño!, pues que lo tengo difícil.

¿La familia?, bien gracias.

Un saludo y feliz salida de la crisis (cuando llegue).

martes, 12 de mayo de 2009

Y el tiempo pasa...

Hoy he sentido que el tiempo pasa. El tiempo pasa y nos envejece por dentro y por fuera, nos va modelando, o más bien desmodelando, a su antojo, sin que podamos hacer nada, a veces, sin que nos demos cuenta.

Hoy he encendido mi ordenador, me he conectado a internet y la primera noticia que ha salido en mi motor de búsqueda habitual ha sido la muerte de Antonio Vega. He leído la noticia sin demasiado interés y a continuación, sin saber muy bien que hacia ni porque lo hacia, empecé a buscar noticias y músicas del pasado.

Me he dado cuenta de lo alejada que me queda ya aquella maravillosa década de los ochenta, lo olvidados que tenía a aquellos grupos de la movida madrileña, sus letras, sus vestimentas, sus "canalladas" y me he mirado al espejo. Ya no soy, ni de lejos, aquel muchacho al que le gustaba cantar (cantaba desde muy pequeño y era el rey de los bajos del escenario en las fiestas de mi pueblo, o yo me lo creía), que escribía canciones (mejor no oírlas), que se vestía a la moda todo lo que le permitía el escuálido presupuesto para ropa que le facilitaba su madre (la mía) y que era seguidor de aquello que representaba aquel conjunto de músicos que, además de cantar distinto, vivían distinto.

Me he dado cuenta de como nos "traicionamos" con el paso del tiempo pero no me he disgustado, estaba tan ensimismado con los recuerdos que he llorado, he sentido y he pensado igual que entonces.

Gracias Antonio por este momento y por tantos otros que me ofreciste en el pasado y que ya no recordaba, hoy cuando llegue a casa besaré a mi chica de ayer y durante unos minutos jugaré a pensar que el tiempo no ha pasado.



Un saludo

martes, 5 de mayo de 2009

La "inquielidad".


Me dedico desde hace unos días a crear palabras nuevas que resuman la realidad vista por Triceratops. La última, la que se me acaba de ocurrir, es la "inquielidad".

El palabro tiene su explicación, al menos para mí, "inquielidad" es esa sensación de inquietud que te produce el conocimiento de la realidad de tu entorno. Hace unos días escribía un texto plagado de pesimismo, como casi siempre, y hoy sigo "inquielado".

La realidad de lo que me rodea sigue siendo una maraña aún sin despejar, sigo sin saber para cuando el final de esta agonía laboral, sigo sin ver claro quien o quienes soportarán sobre sus cuellos el corte de cabezas que se avecina, sigo pensando que no es justo que paguen (paguemos) justos por pecadores, sigo sin conocer a las señoritas putas más que de pasada y de juegos solo conozco el tute y el mus y sigo "acojonado" por la herencia que nos dejará el putero ludópata de mi jefe y todo esta realidad me produce inquietud.

Lo dicho inquielado.