lunes, 20 de diciembre de 2010

Feliz Navidad

Un año mas, me veo en la necesidad de felicitar (felicitarme) la Navidad y desear algo necesariamente bueno para el próximo año que comienza. Nuevamente me veo incapacitado para ser ocurrente (no se como lo hacen otros) en la dedicatoria.

Espero que este año de crisis económica en el general del país y de crisis "cuarentona" en lo personal (sigo sin hacerme el tatuaje) marque el principio de la tan ansiada recuperación. Uno empieza a ver dramas en familias que no lo merecen y me empiezo a preocupar por el futuro, algo raro en mi que siempre me ha preocupado mas vivir el presente que planear el futuro.

Como siempre Feliz Navidad y Prospero año 2011 para todos, que los Reyes Magos nos traigan a todos PAZ, AMOR y TRABAJO, esto último solo para los que lo necesiten, otros ya tenemos bastante.

La foto, como siempre, del portal de Belen.




Un saludo

miércoles, 14 de abril de 2010

40 castañas.

En silencio, apostada entre el suceder de los días, esperando su momento, me ha llegado el día de mi cumpleaños y con él la temida crisis de los 40.

Ya la venía notando desde hace algún tiempo, mi amiga IRM ha sido testigo de ello, pero hoy la he notado con más fuerza y se me clava un alfiler más con cada "feliz cumpleaños" que escucho. Desde hoy tengo 40 años, se acabó la cuesta arriba y empieza la cuesta abajo, el declive, el deterioro, el inevitable camino hacia el fin de lo vivido.

No tengo queja de los 40 primeros, he tenido de todo, he vivido a tope lo bueno y lo malo de cada experiencia. De algunas experiencias saque conclusiones que me han servido después, de otras no saque nada pero fueron igual de intensas e interesantes. Las mejores, las vividas en mi primera juventud: amistad, amor y desamor, estudios, trabajo, desenfreno,... También estas han sido las que mas me han aportado en lo vivido posteriormente y me han ayudado, por ejemplo, a entender a mis hijas.

Mis hijas, lo mejor de estos 40 años, no cambio la experiencia de la paternidad por ninguna de mis vivencias pasadas o futuras. Recuerdo todos y cada uno de los segundos transcurridos a su lado, su llegada la mundo, sus primeros pasos, sus primeras palabras, sus primeras emociones y decepciones, ..., y ahora, mas mayorcitas, sus primeras experiencias de juventud que, como las mías, van de la mano de la amistad, los estudios, la jarana, el amor y el desamor.

No me arrepiento de estos primeros 40 pero me preocupan los próximos. En esta crisis, dicen, es cuando uno se compra el deportivo, tiene el teléfono más pequeño y el ego más grande. En mi caso el ego anda de capa caída, mi móvil es enorme y como no tengo un euro lo del deportivo se me antoja alejado de mis posibilidades.

Estoy pensando en hacerme un tatuaje como prueba de rebeldía cuarentona.

Un saludo


martes, 2 de febrero de 2010

Odio a las personas que hablan con las manos.


Quede claro que no me refiero a aquellos que utilizan la lengua de signos. Me refiero a esas personas que necesitan tocarte, manosearte o golpearte para hablar.

Esto me ocurre desde hace tiempo, cada vez que alguien me golpea o manosea mientras me habla, siento un desagrado directamente proporcional a la efusividad del toqueteo. Hace tanto tiempo que me ocurre que he empezado a fijarme en si esto es algo casual, algo que solo me ocurre a mi, o si por el contrario es mas habitual de lo que parece.

Mi conclusión es que todos, incluido yo (para mi sorpresa), necesitamos del tacto para reforzar nuestras conversaciones pero ¿es necesario el golpeo, el apretón injustificado, el manoseo desagradable?, creo que no. Por otra parte, esta necesidad del tacto en las conversaciones ¿será una consecuencia directa de la falta de uso de otros sentidos para comunicarnos?. Durante años, el lenguaje gestual ojos-boca-cara, era nuestro apoyo para reforzar una conversación; ahora, después de años comunicándonos a través de una pantalla o un teléfono, ese lenguaje ha desaparecido casi por completo y necesitamos de otras "muletas".

Tengo que aceptar que sea así pero, por favor, cuando me veas no me golpees, no me aprietes, no me manosees mas de lo necesario. En contra de lo que te pueda parecer ni es gracioso ni es agradable.

Un saludo